La contaminación doméstica

Podemos imaginar la casa u otros ambientes cerrados donde pasamos la mayor parte de nuestra vida, como un refugio seguro, donde sentirse protegido y al reparo de peligros, en un ambiente placentero y seguro. Pero ¿estamos seguros de que esta imagen nuestra se corresponde con la realidad?

Algunas cosas que quizás no sabíamos

Cuando compramos una nueva Tablet o un nuevo ordenador intentamos buscar la mayor información posible; tecnológica, marca, problemas y potencialidad antes de efectuar la adquisición. ¿Y para nuestra casa donde conviviremos con la estructura y sus materiales durante gran parte de nuestra vida?

En nuestra vivienda, definida a veces como la “tercera piel” respiramos y estamos en contacto con una suma de factores, los cuales a menudo ignoramos. De hecho, según la normativa internacional, las normas europeas para el comercio y etiquetado del conjunto de sustancias peligrosas (entre estas se incluyen barnices, colas, materiales de construcción, productos para la casa, prácticamente todos aquellos que utilizamos excluyendo cosméticos y alimentos.

No obliga a los productores a declarar los componentes con los cuales construimos y reparamos un inmueble.

Figura 1.-Annual Review of energy and the Environement.

Estudios realizados por agencias gubernamentales de investigación evidencian hoy como la contaminación doméstica supera ampliamente a aquella que tenemos de puertas para afuera. Al menos el 85% de la contaminación del aire de nuestro planeta está en el interior de viviendas, escuelas y oficinas, esto es, dentro, en los llamados ambientes confinados.

Por otro lado:

  • La necesidad de contener el consumo de calefacción y de ventilación de los ambientes .“más frescos en verano, más cálidos en inverno”
  • La convicción de que el aire en el exterior está más contaminado que el del interior
  • Los ruidos fastidiosos del exterior

han impuesto un cada vez mayor aislamiento de los edificios, con la consiguiente tendencia a sellar los ambientes internos.

En realidad, en los ambientes cerrados sumamos la contaminación externa a la interna.

En la tabla de al lado recogida de una publicación en la región de Toscana, vemos como la contaminación de sustancias peligrosas en ambientes internos supera de 2 a 20 veces a las del exterior.

Este estudio desarrollado en escuelas públicas ha evidenciado que parte de la contaminación química está debida también a componentes presentes en la indumentaria, en los productos para el pelo, así como en detergentes, muebles y barnices.

Resultados análogos se han encontrado en USA, y en investigaciones de la organización mundial de la salud (OMS) y estudios promovidos por el departamento europeo.

  • MACBETH
  • EXPOLIS
  • EXPOLIS INDEX
  • INDEX
  • THADE
  • AIRMEX
  • European Parlament Pilot Project

Fig 3.- Presencia de diversos contaminantes en clase respecto al ambiente exterior

Hoy más que nunca proliferan entre la población de los países desarrollados fenómenos de alergias e intolerancia a los agentes químicos presentes en los alimentos y en el ambiente que nos rodea.

Fenómenos de malestar e intoxicación se entremezclan con otras patologías cuyas causas son de difícil detección como la “sensibilidad química múltiple” un síndrome inmuno-tóxico inflamatorio similar, en cierta forma, a la alergia y muchas veces confundida con esta.

En Europa el fenómeno de la sensibilidad química afecta hasta al 10% de la población. Porcentualmente en continuo crecimiento, que van desde las patologías más leves hasta situaciones extremadamente graves que obligan cada vez a más ciudadanos a vivir en condiciones de total aislamiento. Patologías en las cuales se hace muy difícil detectar la causa, si mezclamos en una clasificación tan compleja sustancias químicas en función de la interacción que se da entre ambiente y organismo humano. Si hace veinte años se hablaba de sustancias irritantes, nocivas y cancerígenas, el cuadro se vuelve cada vez más complejo ya que al infravalorar los efectos de las irritaciones se desdibujan cada vez más las categorías ocultas de las sustancias mutantes y de los destructores del sistema endocrino.

Texto obtenido y traducido de www.durga.it